PLACAS Y ANUNCIOS

La versatilidad de nuestro alcalde es todo un ejercicio de ofrecer y ofrecer aún a sabiendas de no poder cumplir.

Por eso sus palabras se encaminan a unas constantes alabanzas sobre lo que su administración hace y en lo cambiado que nos ha dejado el pueblo.

La mayoría de las veces, esas palabras no reconocen lo que los demás, en este caso el gobierno de la nación, ha hecho.

Su ejercicio de inaugurar y hablar para contar “lo bien que se está haciendo todo”, choca con la realidad.

En el acto de la remodelación del campo de fútbol ni una palabra a la contribución del Plan E de Fomento del Empleo. Ese dinero que ha permitido la mayor parte de las obras, entre las que se incluye el césped artificial, no han merecido ni una mínima atención por su parte aún a sabiendas que el dinero no lo había obtenido ni de la Diputación y mucho menos de la Generalitat.

Hace también propias actuaciones como las que se desarrollan en la calle Buñol sin citar ni de lejos la procedencia del dinero que ha permitido la construcción de una pasarela peatonal así como la ampliación de la calzada. Para demostrar que hace las cosas bien, ha vuelto a destruir lo que construyó con dinero del Plan E, nos referimos al asfaltado de la mencionada calle. Con la peregrina idea de “unificar” el pavimento no duda en destruir lo que con tanto esfuerzo ha costado realizar. Y lo hace sin ningún reparo. Pero hay más, lanza un plan de saneamiento del barranco dotado con más de dos millones de euros con cargo a los presupuestos de la Generalitat en un vano intento de contrarrestar el Plan E del gobierno. Y se anuncia, sin tener claro cuándo van a comenzar las obras y, si la Confederación Hidrográfica del Júcar haya dicho la última palabra.

Ese afán de destruir o ningunear rotulaciones del Plan E y, esa desmedida ambición por hacer suyas actuaciones que no lo son, me hacen pedir a los concejales de la oposición una petición plenaria en la que se exija su dimisión de una manera inmediata: es decir en el próximo pleno.

José Luis Cañamero